El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer este viernes el informe sobre la primera revisión del programa económico acordado con la Argentina. El documento modifica la meta de acumulación de reservas, una decisión que fue celebrada por el equipo económico.
Al respecto, una alta fuente del Gobierno señaló a Ámbito que “el sendero de acumulación de reservas para este año y el próximo es mucho más razonable del que teníamos antes”.
Efectivamente, en el documento de 103 páginas confirma lo adelantado ayer por el ministro de Economía, Luis Caputo, en cuanto a que se modificaron las metas de reservas trasladando para junio de 2026 el objetivo acumular alrededor de u$s5.500 millones.
También se reprogramó la secuencia de revisiones por parte del organismo. Ya no se realizará una en septiembre próximo, sino que se llevará a cabo en febrero de 2026 basada en los datos de la economía argentina de fines de diciembre de 2025. Esto significa que el FMI no estará recabando información cada dos o tres meses porque “se han dado cuenta de que el programa está funcionando muy bien y nos dejan andar con menos presiones porque los resultados son excelentes”.
A continuación, los contenidos destacados del documento:
Evolución reciente El nuevo programa respaldado por el Fondo ha tenido un buen comienzo. Las políticas fiscales y monetarias adecuadamente restrictivas han respaldado la transición fluida hacia un régimen cambiario más flexible y la flexibilización de la mayoría de las restricciones cambiarias.
La inflación y las expectativas se encuentran en una trayectoria descendente firme, el tipo de cambio ha fluctuado en torno al punto medio de una banda cada vez más amplia y las diferencias entre los tipos de cambio oficiales y paralelos se han eliminado en gran medida.
La actividad económica sigue siendo en general resistente, lo que contribuye a una mayor reducción de la pobreza. Cabe destacar que Argentina ha vuelto a entrar en los mercados internacionales de capital mucho antes de lo previsto en el momento de la aprobación del programa.
No obstante, la reconstitución de las reservas está llevando más tiempo de lo previsto, en un contexto de ampliación del déficit por cuenta corriente, debido a la fuerte demanda interna y a la notable flexibilización de las restricciones a la importación.
Resultados del programa Los resultados del programa han sido en general positivos. El objetivo de superávit fiscal primario para finales de mayo se cumplió con margen, no hubo financiación monetaria por parte del Banco Central y los programas sociales siguieron proporcionando una cobertura adecuada.
Sin embargo, el objetivo cuantitativo de mediados de junio para la acumulación de reservas internacionales netas no se cumplió, lo que refleja las fuertes pérdidas de reservas en las semanas previas a la aprobación del programa, en un contexto de mayor incertidumbre interna y externa, el limitado retorno de estas salidas tras la aprobación del programa y la preferencia de las autoridades por una mayor determinación de precios y una desinflación continuada en la transición inicial al nuevo régimen cambiario.
Por ello, se están aplicando medidas correctivas coherentes con los objetivos del programa, con emisiones de deuda y compras en bloque de divisas que alcanzan alrededor de 5.000 millones de dólares desde finales de mayo.
Además, se sigue avanzando hacia la consecución de los objetivos estructurales.
Perspectivas y riesgos Se sigue previendo que la economía crezca un 5,5 % en 2025, con una inflación al final del período que descenderá hasta situarse en torno al 20-25 %.
Se espera que el déficit por cuenta corriente aumente hasta el 1,7 % del PIB este año (desde el 0,4 % previsto en el momento de la aprobación del programa), impulsado por una demanda interna más fuerte de lo esperado y los efectos de la rápida flexibilización de las restricciones a la importación.
El mayor déficit externo se está financiando mediante un aumento en las entradas de cartera y el acceso al mercado antes de lo previsto que han contribuido a la acumulación de reservas.
Más allá de 2025, se prevé que la economía converja hacia el crecimiento potencial, con una inflación aún más reducida y una cuenta corriente que volverá gradualmente a un nivel cercano al equilibrio a medio plazo, gracias a unas políticas macroeconómicas estrictas y bien equilibradas.
La acumulación de reservas se vería respaldada por un acceso sostenido al mercado y un aumento de las entradas de capital privado, incluida la inversión extranjera directa, a medida que las reformas se vayan consolidando.
Los riesgos para las perspectivas siguen sesgados a la baja, impulsados por el aumento de las tensiones comerciales y geopolíticas y los retos que plantea la aplicación del ambicioso programa de reformas, incluso antes de las elecciones legislativas de mitad de mandato.
Acuerdos sobre políticas Las políticas macroeconómicas estrictas y adecuadamente equilibradas siguen siendo esenciales para afianzar la desinflación, mejorar las reservas frente a las crecientes perturbaciones y facilitar el acceso sostenido a los mercados internacionales de capital en condiciones más favorables para respaldar la sostenibilidad de la balanza de pagos de Argentina.
Política y monetaria cambiaria El tipo de cambio seguirá moviéndose con flexibilidad dentro de la banda, mientras que las compras de divisas deberían continuar para reconstruir las reservas de acuerdo con los objetivos acordados.
Las condiciones monetarias seguirán siendo restrictivas para apoyar una mayor remonetización y desinflación. Se espera que nuevos avances en el marco y las operaciones monetarias mejoren la gestión de la liquidez y mitiguen la volatilidad de los tipos de interés.
Sigue siendo necesaria una mayor claridad sobre el régimen monetario y cambiario a medio plazo.
Política fiscal Es necesario alcanzar un superávit primario del 1,6 % del PIB para gestionar adecuadamente la demanda y preservar el ancla fiscal que tanto ha costado conseguir.
El proyecto de presupuesto para 2026 tendrá como objetivo una postura fiscal aún más ambiciosa para apoyar la desinflación y aliviar la carga sobre la política monetaria.
Avanzar rápidamente con la reforma fiscal prevista será vital para mejorar la eficiencia y la equidad del sistema tributario, así como para mejorar la competitividad.
Políticas de financiación La estrategia de financiación seguirá centrándose en catalizar un mayor apoyo de los acreedores oficiales, acceder de forma duradera a los mercados internacionales de capital y mejorar el perfil de la deuda del sector público, mientras continúan los esfuerzos de buena fe para resolver los litigios internacionales.
Políticas estructurales La aplicación firme del ambicioso programa de reformas estructurales de las autoridades, destinado a mejorar la eficiencia del Estado y fomentar una economía más basada en el mercado con mercados de productos y de trabajo más flexibles, es esencial para fomentar la inversión a largo plazo.
Al mismo tiempo, se aplicarán políticas para contener los posibles costes de deslocalización derivados de estas reformas.
Compromisos del programa Se han ajustado los objetivos cuantitativos para las reservas internacionales netas y el déficit primario neto debido a los retrasos en la acumulación de reservas.
Las autoridades solicitan exenciones por incumplimiento basadas en medidas correctivas, entre ellas el retorno de las reservas internacionales netas a los objetivos originales del programa para finales de 2027.
Las autoridades también solicitan un ligero reajuste de las revisiones restantes para alinearlas mejor con los parámetros de referencia y los objetivos estructurales de fin de año y disponer de tiempo suficiente para la aplicación de su estrategia múltiple de reconstrucción de las reservas.
En consecuencia, los criterios de desempeño para todas las revisiones semestrales restantes se basarán en los objetivos de finales de diciembre y finales de junio, y se prevén siete revisiones semestrales adicionales (en lugar de ocho en el momento de la aprobación del programa). |