Científicos alertan por las dificultades del acuerdo global para combatir la contaminación por plásticos | |
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La contaminación - y particularmente la generada por los plásticos y microplásticos - se volvió uno de los temas más urgentes de la agenda de protección ambiental. En los últimos meses, se encuentra en pleno debate la elaboración de un tratado internacional coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dependiente de la ONU.
En detalle, la propuesta nació de la resolución 5/14 de la Asamblea de la ONU para el Medio Ambiente e intenta cimentar un acuerdo jurídicamente vinculante que marque un hito similar al Acuerdo de París. La próxima reunión tendrá lugar en agosto y los científicos despiertan las alarmas ante la falta de consenso entre los países.
La preocupación de la comunidad científica ante la contaminación de los plásticos Uno de los factores más relevantes que puso en alerta a la comunidad científica es la crisis de los plásticos que ganó un nuevo universo con el estudio sobre la contaminación con microplásticos - partes milimétricas que se desprenden de este producto - que ya se haya en cientos de productos, locaciones remotas e, incluso, hay estudios que señalan que ya afecta a la salud humana, ya que el material se cuela en el torrente sanguíneo.
En números, en 2023, la producción mundial de plásticos alcanzó entre 413 millones y 415 millones de toneladas. Sin embargo, la proporción de materiales reciclados apenas llegó al 8,7%. Así, en este escenario, el 90% de los productos sigue teniendo una dependencia directa de fuentes fósiles, según datos difundidos por Statista, una plataforma de estadísticas internacional.
Pero la preocupación no está enfocada solamente en el problema medioambiental, sino también en los mecanismos - y acuerdos - disponibles para hacerle frente. Durante las últimas rondas de negociación las dudas sobre dónde poner el énfasis en el tratado provocaron estancamientos.
El último encuentro del PNUMA, las delegaciones - de 177 países distintos - no lograron llegar a un acuerdo. Sobre todo, el freno está marcado por una resistencia de un pequeño grupo de países productores de petróleo y plásticos.
Este bloque llevó al debate la idea de mejorar la gestión del residuo, pero que eso no se traduzca a imponer límites a la producción.
La evidencia científica apunta a que el efecto nocivo de la industria del plástico empieza en la extracción misma de las materias primas fósiles y en la fabricación, además de lo que ocurre cuando estos materiales se descartan.
Las cifras de cara al futuro son alarmantes. Para 2025, el mundo podría generar 460 millones de toneladas de residuos plásticos - cada año -, con la mayoría teniendo su destino final en vertederos, cursos de agua y océanos.
Por su parte, la contaminación marina merece especial atención: en 2023, más de 11 millones de toneladas de plástico llegaron a ecosistemas acuáticos. Si la tendencia persiste, los expertos explicaron que esta cifra podría triplicarse para 2040. | |