El INTA no “desaparece”: lo ponen a disposición del sector más concentrado del empresariado agroexportador | |
|
El año que viene el INTA cumplirá 70 años y el único que va a soplar las velitas es su nuevo presidente, Nicolás Bronzovich, quien a partir del último decreto de Milei tendrá poderes de Secretario de Estado, dependiendo directamente del Ministerio de Economía, sin tener que consensuar sus decisiones con las universidades, los investigadores (elegidos por concurso) y las entidades de productores.
A partir del decreto 462/2025, Bronzovich como presidente y María Beatriz Giraudo como vicepresidenta tomarán las decisiones que antes eran consensuadas entre los diez miembros del consejo directivo del INTA. Allí participaban entidades rurales de la Mesa de Enlace (4 miembros), del grupo CREA (1 miembro), de las universidades de Agronomía y Veterinaria (2 miembros) y del Poder Ejecutivo (3 miembros). De esta manera, el INTA pasará a depender del Ministerio de Economía.
Estos personajes que se están apropiando del INTA aparecieron en la escena política a partir de “los piquetes de la abundancia” del año 2008. Podríamos decir que el “Dr. Frankenstein” de todos ellos fue Martín Lousteau, con su resolución 125. De esta manera, estos corpulentos, prepotentes y pacatos de boina colorada pasaron de arengar a los productores desde la caja de su camioneta en los piquetes, a la vida política argentina. Como resultado tenemos a Alfredo De Angeli, ex contratista rural y hoy senador nacional a Sergio Iraeta, abogado y rentista agropecuario, como Secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca y a Nicolás Bronzovich, ex miembro de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID), también rentista agropecuario, manejando el destino del INTA. Hoy AAPRESID es el “Caballo de Troya” que utilizan estos personajes para ocupar cargos dentro del Estado o en ONG vinculadas y financiadas por el gobierno nacional.
Detrás del desmantelamiento del INTA está el botín más importante: la venta de 27 mil hectáreas de tierras productivas que se encuentran en las más de 20 experimentales de todo el país, que serán vendidas mediante subastas públicas a compradores que ya tienen nombre y apellido.
Otra alternativa que busca esta administración es arrendarlas a un tercero amigo, como se hizo en los años 2016 y 2017, cuando el holding MSU (de la familia Uribelarrea) y Cresud (de Eduardo Elsztain), amigos y socios de Macri, ganaron la licitación del 45% de las hectáreas militares de todo el país.
Por último, nombremos algunos logros del INTA que cambiaron al sector agropecuario argentino y que el gobierno ignora:
Desarrollo del gen HB4 (resistente a la sequía). Impulso del único criadero de semillas de algodón del país, en Chaco. Los chasis genéticos, la columna vertebral de muchas variedades de trigo, cebada, soja y triticale que utilizan las multinacionales. La vacuna contra la fiebre aftosa y la leucosis. El silobolsa. A partir de ahora el INTA empezará a contar con mayor presencia del sector privado, en especial el que representa a los grandes productores. Quedará de lado el apoyo de este organismo a los pequeños productores y a la agricultura familiar. El negocio agropecuario quedará en manos de la verdadera “casta”, desplazando a su capital humano jerarquizado.
– – –
El autor de la nota es Ingeniero Agrónomo y Productor Agropecuario (Zona Tandil) | |