Sigue 3,2% debajo de diciembre |
La industria recuperó en abril | |
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La industria mostró una mejora en abril y logró recuperar de esa forma una parte de lo perdido durante los primeros tres meses del año, que fueron francamente a la baja, en particular durante un marzo en el que la incertidumbre cambiaria por un inminente y necesario cambio de esquema, dada la fuerte pérdida de reservas que se venía observando, hizo apretar el freno de mano. La mejora en abril fue del 2,2% mensual desestacionalizado y solo alcanzó para que el sector fabril terminara el primer cuatrimestre un 3,2% por debajo de los niveles de diciembre del 2024. Además, sigue en el pozo y un 3,6% por debajo de noviembre del 2023, justo antes de la llegada del actual Gobierno.
El Indec publicó este lunes el Índice de Producción Industrial (IPI) manufacturero correspondiente a abril. La mejora del 2,2% mensual desestacionalizado vino justo después de una fuerte caída del 3,9% de marzo, por lo cual se trató de un rebote apenas parcial. En febrero había habido un mes de variación 0% y en enero la baja había sido también fuerte y del 1,5% mensual desestacionalizado. Ese acumulado arrojó la mencionada caída del 3,2% al comparar los niveles de abril contra los de diciembre del año pasado.
El sector fabril, así, en lo que va del año, no logró recuperarse todavía de la que fue la peor contracción de la producción industrial de la historia reciente, más concretamente de lo que va cursado desde la salida de la convertibilidad, superando incluso la histórica baja del 2020 pandémico. En 2024 la contracción final fue del 9,6% interanual y en aquel 2020 había sido del 7,7%. Hay que remontarse al 2002 para encontrar una baja superior, medida por la serie anterior del Indec, del 10,6%. Ni en la crisis global del 2009, ni durante la persistente contracción del período de Cambiemos se llegó a observar una contracción tan abultada en un solo año.
En lo que va del 2025, para la UIA la principal preocupación aparece por el lado de la pérdida de competitividad del sector, alimentada por la apertura comercial a productos terminados, en el marco de una apreciación cambiaria, un complejo combo de política económica para el sector. El director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart, dijo al respecto: “Si bien la demanda interna se recuperó en los últimos meses, la industria sigue floja porque ese aumento de la demanda se está supliendo con importaciones más que con producción local”.
En el reciente Congreso Productivo para el Desarrollo organizado por Misión Productiva en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA), Schteingart había dicho: “La industria no es cosa del pasado. Es el motor de la innovación, la productividad y los empleos de calidad. No más antinomias entre campo e industria. Son sectores que se pueden potenciar mutuamente. Argentina necesita una política industrial de Estado que trascienda gobiernos. Mientras no haya un acuerdo estable, el péndulo va a seguir derribando nuestro futuro”. | |