La designación en la Comisión de Ciencia de Diputados de la terraplanista Lilia Lemoine es una clara muestra del rumbo elegido
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La designación en la Comisión de Ciencia de Diputados de la terraplanista Lilia Lemoine es una clara muestra del rumbo elegido
 
Ver imagen En un tuit que después borró, la diputada habló de “50 mil millones sin rendir de la gestión anterior” y aseguró que “se perdió la ayuda del BID”. Referentes del área salen al cruce y proyectan el futuro de un sector que va de mal en peor.

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Fecha:13/05/2024 8:34:00 
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En tan solo cinco meses, el Gobierno hizo todo lo que tuvo al alcance para desmantelar el sistema científico y tecnológico. El Ministerio fue degradado a Secretaría, como Macri había hecho en 2018, y desde el 10 de diciembre pasado depende de Jefatura de Gabinete. En el primer cuatrimestre, se ejecutaron tan solo $965 millones de los $79.431 millones en fondos que la secretaría tiene previstos, casi todo correspondiente a gastos de seguridad y servicios. No solo lo desfinancia, sino que se despidió personal administrativo y se recortaron las convocatorias a becas y promociones de investigadores de carrera.

Muchos institutos del Conicet denuncian, incluso, que en muy poco tiempo podrían dejar de funcionar por no poder afrontar gastos corrientes de agua, luz y seguridad. Si la Ley Bases prospera en el Senado y finalmente se sanciona sin modificaciones, instituciones como el Banco Nacional de Datos Genéticos, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación o el INTI podrían ser disueltos. Otros, como el Conicet, la Conae, la CNEA y el INTA, no podrán ser eliminados, pero sí se podría modificar su funcionamiento y objetivos.


Lilia Lemoine, diputada de La Libertad Avanza, fue elegida como secretaria 1° de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en la Cámara baja. La noticia provocó sorpresa porque en diferentes ocasiones ha sostenido un pensamiento anticientífico, al asegurar que la Tierra es plana, difundir teorías disparatadas sobre el coronavirus y manifestar sus dudas sobre la llegada del hombre a la Luna. Para estrenarse en el cargo, a través de sus redes sociales, compartió una foto con el presidente del Conicet, el clonador Daniel Salamone y dijo lo siguiente: “Para los que mienten sobre las acciones del gobierno de @JMilei: no, no se cierra el Conicet, acá está el presidente, Daniel Salamone. Lo que sí ocurre es q hay 50 mil millones q se asignaron a la administración anterior sin rendir, se perdió la ayuda del BID y hay 11K becarios”. Luego, aunque ese tuit fue borrado de X, sembró la duda y la preocupación en la comunidad científica. “No es exagerado decir que se acaba la ciencia en Argentina si se corta el financiamiento del BID”, se apresuró a responder Valeria Levi, la vicedecana de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA a Página/12.

¿Se perdió la ayuda del BID?
Juan Pablo Paz, exsecretario de Articulación científico-tecnológica del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT), era una de las personas encargadas del vínculo con el Banco Interamericano de Desarrollo. Ante la incertidumbre, especifica: “La declaración es un mar de confusiones. Parece estar hablando del Conicet, porque se refiere a Salamone y a los becarios, y además se refiere a los 50 mil millones de pesos sin rendir. No se administraban desde el Conicet, sino desde el exministerio de ciencia, desde donde se ejecutaban proyectos financiados por el BID”. Paz detalla que durante su gestión se negociaron 200 millones de dólares: la mitad fue destinado a la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (para programas de promoción del sector científico, como Fontar y Fonarsec, entre otros) y la parte restante al MinCyT.

“Teníamos varias líneas que se financiaban gracias al BID. Una, en particular, estaba destinada a obras para el Conicet en Misiones, Corrientes, Santa Fe, Córdoba, San Luis, Mendoza y Tandil, algunas de las cuales están iniciadas y hoy se paralizaron. Una inversión cercana a los 30 millones de dólares”, agrega. Y luego brinda su opinión sobre los dichos de Lemoine: “No es que el BID te da la plata, vos la gastás y después la rendís, sino que a medida que avanzás te van autorizando a pagar. Todo está parado por orden de la actual Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología. Cosentino, el secretario, dijo que no pensaba ejecutar los créditos del BID. El BID, por el contrario, no canceló nada”.

Ana Franchi, expresidenta del Conicet, también brinda precisiones. “Los préstamos del BID son para actividades determinadas, no para cualquiera. Cuando uno pretende cambiar el destino del gasto, no solo tenés que devolver la plata sino que también te pueden multar. No creo que ellos permitan que la plata que era para ciencia y técnica se use para pagar la deuda externa. Sería una contradicción en sí misma. Creo que chicanea, sinceramente”. Y con respecto a los dichos de la diputada sobre los becarios destacó: “Cuestionar el número de becarios significa poner en duda el sistema de ciencia y técnica a mediano plazo. Ya lo pasamos en los 90, cuando estuvo cerrada la carrera del Investigador”.

Lemoine, como representante de la ciencia y la tecnología en el recinto, debería defender, sobre todo, el cumplimiento de dos leyes que se sancionaron durante la administración anterior. La Ley de Financiamiento de CyT, que prevé incrementos plurianuales y escalonados, con el objetivo de que hacia 2032 se destine un 1 por ciento del PBI al área y, por otro lado, el Plan 2030, que ordena el espectro de líneas estratégicas a las que el gobierno de turno debería apostar para que el conocimiento se transforme en una política de Estado.

El fin de la ciencia argentina
Valeria Levi lidera junto a Guillermo Durán una de las instituciones con mayor número de científicos y científicas del país: la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Desde esta perspectiva, detalla la situación que los investigadores están afrontando en el presente: “Esencialmente los fondos del BID son utilizados para llevar a cabo la inmensa mayoría de los proyectos de investigación y desarrollo tecnológico. Se emplean para la compra de reactivos, materiales de laboratorio, recursos informáticos y otros insumos. Apenas nos alcanza para arreglar equipamiento chico, ni que hablar de comprar equipos nuevos”.

En el presente, con Alejandro Cosentino a la cabeza como titular del área, se perfila un modelo de ciencia y tecnología que busca establecer un vínculo más robusto con el sector privado y, en la misma línea, invita a los propios científicos a buscarse sus propias líneas de financiamiento. Desde aquí, el Estado que tenía un rol fundamental al asignar recursos en la gestión anterior se ve desdibujado.

Paz fue el responsable de la coordinación general de dos programas: Construir Ciencia (creación o adecuación de infraestructuras) y Equipar Ciencia (fortalecer el equipamiento), cuyo derrotero sirve como ejemplo para advertir el rumbo que toma el rubro con la administración libertaria. “Comprendían un montón de plata y debería ser rendida, pero dudo que eso ocurra porque pararon todas las compras. De hecho, jamás vinieron a hacerme ni una pregunta de la actual gestión. Estoy absolutamente a disposición. Solo se preocuparon por echar gente: hoy quienes están en el ex Mincyt no hacen nada, tienen una incapacidad absoluta de gestión”.

Esta semana, empresarios, industriales y asociaciones del sector científico y tecnológico expresaron su preocupación por la situación que atraviesa la ciencia y la tecnología argentina mediante cartas en las que advierten que “los despidos y el desfinanciamiento que se llevan adelante impactan sobre la posibilidad de desarrollo nacional”. Las adhesiones fueron presentadas por la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología junto al trabajo de la Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología, uno de los espacios en los que confluye la resistencia de la comunidad científica.

Una terraplanista como referente
Ante la designación de la diputada Lilia Lemoine como 1° Secretaria de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en la Cámara baja, la preocupación de las diferentes voces no se hizo esperar a través de las redes sociales. El físico del Conicet Diego Hurtado apuntó en X: “Nada contra la astrología, el tarot, o el terraplanismo. Pero no se enseñan en la Universidad (occidental) estas cosas. No son conocimiento. La diputada Lemoine no puede ser secretaria primera de la Comisión de CyT de Diputados. Fin”.

Andrea Gamarnik, viróloga del Instituto Leloir, compartió videos en los que se ve a Lemoine proponiendo a la Organización Mundial de la Salud ideas disparatadas para combatir la covid. En un material audiovisual se la escucha diciendo: “¿Es tan difícil agarrar a un enfermo de coronavirus, hacerlo toser arriba de una mesa y que después vaya otra persona sin factor de riesgo a chupar la mesa y ver si se contagia o no?”. Jorge Montanari, en la misma red dijo: “Bueno, no es broma esto, es real: Designamos a una terraplanista como Primera Secretaria de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Ahí en la foto ella recién con Salamone, presidente del CONICET en esta era”.

En un video de 2019, se escucha a la diputada decir lo siguiente en referencia al terraplanismo: “Te pido que abras la mente y que entiendas que es importantísimo cuestionarte absolutamente todo incluso aquellas verdades que te metieron en la cabeza cuando eras chico. (…) La teoría de la Tierra plana te obliga a luchar contra todas tus creencias y contra todo lo que te enseñaron. Según los terraplanos, esta (abraza un mapamundi) es una herramienta que los gobiernos del mundo han utilizado para convencer a todos los niños de primaria y a todos los seres humanos de que la Tierra efectivamente es una esfera”.

También, la diputada puso en duda otros ejes como la llegada del hombre a la Luna, y alude a la posibilidad de un montaje escénico.

Coherencia que asusta
Desde la perspectiva de los referentes consultados por Página 12, la decisión de escoger a Lemoine en ese rol coincide con el enfoque que la administración libertaria tiene con respecto a la ciencia y la tecnología. De hecho, el propio presidente discute el cambio climático provocado por los seres humanos --en la misma línea en que lo hacía Donald Trump-- y, en campaña planteaba que el Conicet podía ser privatizado. Incluso, el diputado Bertie Benegas Lynch redoblaba la apuesta y prometía cerrarlo si llegaban a alcanzar el poder.

El año pasado, en una entrevista reciente con Tucker Carlson, periodista de la cadena Fox News, Milei contestaba: “El mundo ha tenido otros picos de altas temperaturas como tiene ahora. Es un comportamiento cíclico, independientemente de la existencia del hombre”. En 2021, en un diálogo con el youtuber Julián Serrano, expresaba: “El calentamiento global es otra de las mentiras del socialismo. Hace 10 o 15 años se discutía que el planeta se iba a congelar. Ahora discuten que se calienta, aquellos que conozcan cómo se hacen esas simulaciones van a ver que las funciones están sobresaturadas en determinados parámetros a propósito para generar miedo”.
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